Los diferentes tipos de omegas

El Omega 3 Son probablemente los más conocidos. Son un tipo de grasa esencial que nuestro cuerpo no produce, pero que desempeña un papel crucial en la salud digestiva.
Su acción antiinflamatoria ayuda a reducir molestias, reducir la inflamación intestinal, favorece la reparación de la mucosa y apoya el equilibrio de tu microbiota. Un nutriente clave si buscas mejorar digestión y mejorar el entorno en el que viven tus bacterias beneficiosas.

Fuentes ricas en Omega 3:

Pescados azules como salmón, sardina, caballa o arenque y en semillas de chía, lino y cáñamo.
Omega 6:
necesarios, pero con medida

También son esenciales y cumplen funciones muy importantes como:

  • Formar parte de las membranas celulares.

  • Participar en la regulación del sistema inmune.

  • Contribuir a la salud de la piel y el cabello.

El problema está en que en la dieta occidental solemos consumirlos en exceso (a través de aceites refinados, snacks y ultra procesados), lo que puede favorecer un estado inflamatorio.

Omega 9: el extra saludable

A diferencia de los anteriores, no son esenciales porque el cuerpo puede fabricarlos, pero igualmente nos aportan beneficios:

  • Mejoran la salud cardiovascular.

  • Ayudan a regular la glucosa y la insulina.

  • Son antiinflamatorios suaves.

La fuente estrella es el aceite de oliva virgen extra, uno de los pilares de la dieta mediterránea.

El equilibrio es la clave

No se trata solo de consumir omegas, sino de mantener un equilibrio entre ellos.
La proporción ideal entre omega 6 y omega 3 debería ser de 2:1 o 3:1, pero en la mayoría de dietas modernas llega a ser de 15:1 o incluso más, lo que favorece la inflamación intestinal, la distensión abdominal y muchas patologías crónicas.

Para mejorar tu consumo de omegas:

  • Incorpora pescado azul pequeño 2–3 veces por semana.

  • Usa semillas de lino o chía molidas en yogures, ensaladas o cremas.

  • Prioriza el aceite de oliva virgen extra frente a otros aceites vegetales.

  • Reduce fritos, ultra procesados y aceites refinados.

  • Si es necesario, y siempre bajo supervisión profesional, valora la suplementación con omega 3 de calidad.

Los ácidos grasos omega son mucho más que una grasa. La clave está en incluirlos en tu alimentación de forma equilibrada y consciente.

No todas las grasas engordan… algunas ¡te ayudan a sanar!
Si quieres saber si tu consumo de Omega 3 es suficiente y cómo adaptarlo a tu caso, puedo ayudarte con un plan personalizado.

OMEGA

Mucho más que “grasas buenas” el antiinflamatorio natural que tu intestino necesita

Cuando hablamos de grasas solemos pensar en algo “malo”, pero la realidad es que no todas las grasas son iguales. Dentro de ellas existen los ácidos grasos omega, imprescindibles para que nuestro cuerpo funcione bien. Se llaman “esenciales” porque el organismo no los puede fabricar por sí mismo y necesitamos obtenerlos a través de la alimentación.

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